SE AGUDIZA LA CRISIS HUMANITARIA POR EL ESCALAMIENTO DEL CONFLICTO ARMADO EN BUENAVENTURA Y EL PACÍFICO.

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A 5 años de la firma del Acuerdo final de Paz

Al tiempo que el expresidente Santos y Duque estrechaban sus manos en un claro propósito de dar al mundo un mensaje de sintonía, avance y voluntad política con la implementación del Acuerdo Final, en el Bajo Calima, zona rural de Buenaventura, en límites con el Chocó, el Clan del Golfo, incursionaba en comunidades indígenas y afrocolombianas como el Resguardo Humanitario y Biodiverso Santa Rosa de Guayacán, en una clara infracción al DIH que afirma esta comunidad indígena, posteriormente y muy cerca del territorio humanitario, se presentaron enfrentamientos entre esta estructura paramilitar y la guerrilla del ELN, quienes también se disputan el territorio.

Esta nueva situación en el marco del conflicto armado, aumenta el confinamiento forzado y el riesgo de desplazamiento de las comunidades del Bajo Calima y el Bajo San Juan, quienes además, resisten a las inundaciones y afectaciones de la ola invernal que les ha dejado sin soberanía alimentaria.

En el mismo escenario donde se encontraban los dos mandatarios celebrando el 5 aniversario del Acuerdo Final, se dió la noticia de acercamientos entre el gobierno nacional y la guerrilla del ELN, noticia que revive esperanzas para un acuerdo humanitario y un proceso de conversaciones que favorezca la construcción de paz en los territorios.

Más allá de los aplausos y el reconocimiento muy merecido para las víctimas y el pueblo colombiano que lidera la construcción de paz y resiste a la no repetición, es necesario decir que el contexto armado que ha dejado centenares de personas asesinadas, desaparecidas, desplazadas, muchísimas saliendo del territorio y del país, luego de la firma en 2016, se debe a la no implementación del Acuerdo Final, en compromisos concretos como el desmonte de las estructuras sucesoras del paramlitarismo que debía materializarse en Buenaventura, así como la protección y seguridad de líderes, lideresas y comunidades que generan entornos reales de paz. También se debe a la ausencia de voluntad política para desmontar el negocio de la guerra, con sus economías ilegales, la corrupción y la impunidad que les favorece.

Mientras se materializa la implementación del Acuerdo Final en territoriios como el Bajo Calima y Bajo San Juan, llamamos a la solidaridad y acompañamiento nacional e internacional para garantizar el respeto a la población civil, a sus lugares humanitarios y a la permanencia en su territorio.

Noviembre 25 de 2021

Comunidades Construyendo Paz en Colombia, CONPAZCOL

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